Hoy os dejo una entrada muy especial. En este caso estoy seguro de que nunca habíais visto estos dibujos y de que pocas veces habréis visto nada parecido.
Se trata de un cuaderno de mi abuelo, alumno entonces en la Academia de Caballería. En él, sus compañeros le escriben y dibujan unas dedicatorias, supongo que al acabar el curso. Al margen de las sorprendentes capacidades artísticas de casi todos ellos, lo más interesante, desde el punto de vista histórico, son los textos que acompañan a algunos dibujos.
En ellas se plasma la admiración por el emperador alemán Guillermo II, entonces protagonista de la guerra que más tarde se conocería como I Guerra Mundial. En otro de los dibujos aparece un retrato de la reina Victoria Eugenia, mujer de Alfonso XIII, acompañado de palabras más que elogiosas. Precisamente hoy he explicado en clase el posicionamiento político de la población española durante la I Guerra Mundial, y su división entre aliadófilos y germanófilos.
Espero que, aunque no os aten a ellas el vínculo sentimental que me une a mí, os sirvan como reflejo de la mentalidad de un sector de la población en una época concreta.
Hoy presento una de esas joyas que nos llegan de vez en cuando gracias al trabajo «Mi familia en el siglo XX», aunque en este caso nos vamos un poco más allá, a finales del siglo XIX.
Se trata de una novela escrita por el tío abuelo de dos alumnos del colegio sobre la increíble historia de Inocente Montes, tatarabuelo de ambos, abuelo del escritor de la novela. Inocente estuvo en la guerra de Filipinas en 1898, adonde llegó condenado por un juez y donde se enamoró. La historia incluye además crímenes, venganzas, brujería y mucha aventura. Una novela muy entretenida que, sin embargo, no está publicada. Una pena, porque la historia lo merece. Esta es la portada del ejemplar que me dejó la familia:
En ella encontramos, además, un pequeño capítulo dedicado a las últimas horas de José Rizal, héroe de la independencia de Filipinas, cuyos versos, escritos en esas horas de vigilia antes de morir ejecutado, podemos encontrar en el monumento dedicado a su memoria en Madrid, en la avenida de Filipinas. Un material muy interesante para profundizar en el tema. Este el el capítulo.
Recuerdo que en el trabajo «Mi familia en el siglo XX» nuestros alumnos tienen que hablar con sus padres y abuelos sobre su historia familiar y relacionarla con lo explicado en clase sobre la Historia de España. Este es el enlace a la explicación de este trabajo.
Desde aquí quiero agradecer a la familia Montes, en especial a nuestros alumnos Arturo e Isaac y al autor de la novela, Ángel Montes, que me hayan dejado publicar esta historia y reproducir el capítulo dedicado a José Rizal para trabajarlo en clase.
Acabo de terminar de corregir los trabajos de mis alumnos de 4º ESO sobre sus familias en el siglo XX. Como cada año, tanto para mí como para ellos y sus familias, ha sido, con mucho, la mejor actividad del curso. Y no lo digo por decir. Así me lo recalcan ellos en muchas de sus conclusiones, que podréis leer al final de esta entrada.
Este año he vuelto a tener la oportunidad de leer historias de todo tipo, sencillas historias de superación de las adversidades, trágicas historias de muerte y enfermedades, historias cuyos protagonistas no aparecerán en los libros de Historia pero cuyas familias recuerdan perfectamente…
Y como casi siempre, también me he encontrado con historias increíbles de personas que estuvieron en Mauthausen, que lucharon a las órdenes de Líster o en la División Azul, que crecieron en el conflictivo Nueva York de los setenta, que pelearon en el Barranco del Lobo, que crecieron bajo una dictadura en Sudamérica o, como la protagonista de esta entrada, que conocieron al Presidente de la República siendo una niña.
Y, de todas las historias que he leído he escogido esta porque conservan el material original. Y porque la niña que escribió al entonces Presidente de la República todavía vive. Se llama Ángela Reca Peña, tiene 95 años y es la abuela de nuestras alumnas Esther y Raquel.
Cuando tenía 8 años, en la Navidad de 1933, y ante la mala situación económica de la familia, la niña decidió escribir una carta a Alcalá-Zamora, y este le contestó y la invitó a recoger su regalo, una muñeca y un cochecito, al Palacio Real (entonces Palacio Nacional).
Comienzo de la carta escrita por Alcalá-Zamora. Quizá por ser Presidente de la República, habla de «los Magos», no de los Reyes Magos.
Final de la carta, firma y fecha
Sobre de la carta con el nombre y la dirección de la niña
Recorte del periódico con la noticia
La historia no termina aquí. Al año siguiente, 1935, Ángela, por entonces Angelita, volvió a escribir al Presidente de la República para pedirle ayuda económica porque estaba pasando el sarampión. Y de nuevo le contestaron y le enviaron 25 pesetas.
La carta con el donativo
Esther decidió incluir en el trabajo vídeos de sus familiares, así que he tenido la tremenda suerte de disfrutar oyéndole contar su vida a su nieta.
Para terminar, y como muestra del indudable interés que despierta en nuestros alumnos este trabajo, he seleccionado algunos fragmentos extraídos de sus conclusiones:
«Será uno de los trabajos realizados en mi época de estudiante que guardaré para siempre e incluso espero que pueda ser interesante para futuras generaciones, puesto que no deja de ser la historia de mi familia en gran parte desconocida para mí hasta este momento.»
«Creo que es un trabajo que merece la pena dedicarle tiempo y guardarlo con mucho cariño, prueba de ello que numerosos familiares me piden que por favor se lo envíe cuando lo tenga terminado.»
«Todo el mundo debería conocer un poco de su pequeña historia, de la historia de sus antepasados y de la suya propia.»
«Desconocía totalmente la familia de mi padre, por lo que escucharlo hablar de eso me resultó emocionante.»
«Este es uno de los únicos trabajos que me ha gustado hacer en todo lo que llevo en el cole.»
«Me ha gustado mucho que me hayan mandado este trabajo y viendo el resultado me alegro de haber puesto tanto empeño y horas de trabajo en él, dentro de unos cuantos años podré enseñárselo a mis hijos y podrán ver cómo eran sus antepasados y como era la vida que tenían.»
«Simplemente uno de los mejorestrabajos que he hechonunca. Muchas gracias por mandarnostrabajoscomoeste.»
Y esta es la introducción de uno de estos trabajos. No hace falta añadir nada más.
María, alumna de 4º ESO, había visto el cuadro con las medallas toda la vida en casa de su abuela. Pero nunca le había dado importancia. Cuando tuvo que ponerse a buscar información de su antepasados para el trabajo «Mi familia en el siglo XX» descubrió que tenía un documento importante entre manos y que tenía que profundizar en su origen.
Cuadro con la medallas
Así, después de hablar con su familia, encontró que las medallas pertenecían a un tío de su abuela, llamado Tomás Aliaga, que se alistó voluntario a la División Azul siendo muy joven, y que volvió a España sano y salvo apenas quince días antes de empezar la batalla de Stalingrado. Y entonces María descubrió las esvásticas en las medallas de Tomás y entendió qué significaban.
Esvásticas en las medallas de la División Azul
El cuadro incluye además la placa que los soldados debían llevar para su identificación en caso de resultar heridos o muertos en combate:
Placa identificativa de Tomás
Más tarde, a raíz de aquellas conversaciones rebuscaron entre los papeles de la abuela y le enseñaron los documentos oficiales que certificaban su presencia en el ejército alemán:
Carnet de excombatiente emitido por la Falange
La fecha de licencia de Tomás fue 13 días antes de empezar la batalla de Stalingrado
Reconocimiento alemán a su participación en la campaña de invierno 41/42
Y desde aquí solo nos queda agradecer a María de la Santa y a su familia que nos hayan traído estos documentos históricos a clase para que los pudieran apreciar todos sus compañeros y que nos hayan permitido compartirlos a través de este blog. Esperamos que os haya parecido interesante y que anime a más profesores a realizar la actividad «Mi familia en el siglo XX» que a nosotros no deja de darnos satisfacciones.
Nos llega hoy un documento original en el doble sentido de la palabra. Original porque son los cuadernos originales del abuelo de una de nuestras alumnas, Sara González, y original porque de una forma diferente vamos a poder observar cómo era la educación de los niños en España hace apenas setenta años.
Antonio González Baltasar era ya un alumno aplicado y cuidadoso cuando tenía alrededor de 12 años y estudiaba en Trujillo (Cáceres), tal y como se puede ver en sus tareas. La suerte que hemos tenido es que ahora se dedica a la restauración de libros (algunas verdaderas joyas han pasado por sus manos) y una de las obras que decidió restaurar fueron sus cuadernos del colegio.
Gracias a ello hemos tenido acceso a esta maravilla. En las imágenes que acompañan a esta entrada podemos observar apuntes de Agronomía, dibujos de Biología o esquemas de Literatura (curiosamente, divididos en todas las épocas entre las obras referidas al campo y las referidas al mar) o de Historia.
Apuntes de Agronomía
Esquemas de Literatura
Apuntes de Historia
Pero dos cosas han llamado especialmente nuestra atención. En primer lugar, la temática y el enfoque escogidos en muchas de esas lecciones infantiles, reflejo de una época. Así, podemos observar poemas sobre la importancia del trabajo duro, análisis morfológicos fundidos con doctrina religiosa y ejercicios con mensajes patrióticos.
Poema sobre las bondades del trabajo duro
Análisis morfológico con una temática católica
Análisis morfológico con referencias patrióticas
Y en segundo lugar, la forma de dirigirse a sus amigos y familiares en las cartas que tenía que escribir. Aunque se trate de ejercicios para el colegio, se trata de modelos perfectos para entender una realidad social muy diferente a la que viven nuestros alumnos. Y es importante que entiendan que así escribían y se relacionaban sus abuelos.
Ejercicio para aprender a escribir una carta a la familia
Ejercicio para aprender a escribir una carta a un amigo
Una vez más, tenemos que dar las gracias una familia del colegio. En este caso, a la familia González, tanto a Antonio, autor del cuaderno, como a su nieta Sara, alumna de 4º ESO que nos ha traído el cuaderno para que podamos admirarlo como se merece. A ambos muchas gracias por su generosidad y por dejarnos publicar estos documentos originales ciertamente históricos.
De nuevo gracias al trabajo «Mi familia en el siglo XX» nos llega un más que interesante documento. La historia es la siguiente: una alumna nos contó que su abuela fue muy amiga de Melchor Rodríguez, el Ángel Rojo. Y como muestra nos aportó las imágenes que adjuntamos. En ellas vemos un cuadro realizado por un pintor desconocido, M. Soto Juárez, y la firma en la que dedica la obra a su compañero de cautiverio Melchor Rodríguez. El cuadro llegó a manos de Paloma Ludeña, la abuela de nuestra alumna, al morir Melchor, por ser amigos e incluso haber compartido vivienda, cuando Paloma era casi una niña.
Cuadro completo con la firma en la esquina inferior derecha
Melchor Rodríguez fue un significado anarquista durante la II República y sobre todo durante la Guerra Civil. Ocupó diferentes cargos durante el conflicto, llegando incluso a ser alcalde de Madrid. Pero la más importante de sus funciones fue la Delegado de Prisiones, donde llevó a cabo la labor por la que alcanzó el reconocimiento. Enfrentándose a grupos incontrolados que llevaban a cabo los tristemente célebres «paseos», poniendo en riesgo su propia vida, impidió miles de ejecuciones sumarias.
Más adelante, y aprovechando el ascendiente que tenía sobre los grupos anarquistas, siguió auxiliando nacionales incluso escondiéndolos en su casa. Por esta y otras acciones estuvo muy vigilado y fue muy criticado en el bando republicano, pero de poco le sirvió después de la guerra, pues visitó la cárcel en diversas ocasiones, ya que continuó con su actividad clandestina como anarquista. En una de sus estancias conoció al pintor que le regaló el cuadro que hoy nos ha permitido acordarnos de él, y, lo que es más importante, que ha permitido que nuestros alumnos lo conocieran.
Desde aquí agradecemos a nuestra alumna Ana Morales y a su familia, especialmente a su abuela Paloma Ludeña, que nos hayan permitido compartir este documento y poder así recordar a uno de esos héroes casi desconocidos que merecerían mayor reconocimiento.
Cartel de un documental recientemente estrenado sobre la vida de Melchor Rodríguez
En nuestra sección de documentos originales hoy vamos a hacer un poco de trampa, pero por una buena causa. Una de nuestras alumnas, una vez más a raíz del trabajo ya mencionado «Mi familia en el siglo XX», nos ha traído esta mañana los dos documentos de los que adjuntamos fotografías. Pero aclaramos que se trata de una edición facsímil, y que por ello decimos que hacemos un poco de trampa, porque no se trata de documentos originales, en el sentido de que no son tan antiguos como pudieran parecer. Aun así hemos decidido incluirlos por la curiosidad de los documentos y porque pueden servir para explicar tanto la II República como los inicios del franquismo.
La Constitución de 1931 no necesita mayor presentación por ser de sobra conocida. El otro documento, más raro, contiene los llamados XXVI puntos del Estado español, que sirvió en 1940 para marcar la línea de actuación del Régimen y que prácticamente calcan los XXVII puntos publicados por la Falange en 1934.
Desde aquí agradecemos a nuestra alumna Cristina de Cádiz y a su familia por cedernos el material y por permitirnos su difusión.
Nada más publicar la entrada anterior, que habla de la novela de Ken Follett y la escena en la que el cartero reparte los telegramas a las familias de los soldados muertos en la batalla del Somme, llega a nuestro poder este documento. Se trata de un telegrama original de un soldado que falleció hace ahora justo cien años.
Telegrama original de la I Guerra Mundial
Agradecemos a la cuenta de twitter @rinconccss por este documento y por su constante difusión de contenidos similares.
Si hace unos días inauguramos esta sección con un documento de la Resistencia francesa, hoy incluimos unas fotografías de medallas originales de un combatiente de la División Azul. Se trata de D. José Melchor Torregrosa, abuelo de dos antiguas alumnas de nuestro colegio que amablemente nos han cedido las imágenes. Su vida es pura historia del siglo XX: Falsificó su fecha de nacimiento para poder alistarse con 17 años, estuvo en Stalingrado hasta que fueron retirados junto a los turcos y cuando volvió a España se marchó a África como miembro de la Legión.
Anverso de las medallas
Reverso de las mismas
Es estas imágenes podemos ver, en primer lugar, las medallas que le fueron concedidas por su participación en la II Guerra Mundial. Podemos observar la esvástica en dos de ellas, una de ellas la famosa Cruz de Hierro cuyo origen se remonta a 1813, en la época de las guerras napoleónicas. Se puede leer en el reverso la fecha. En las otras dos encontramos menciones a Rusia.
Miembros de la División Azul en Polonia
En la tercera imagen encontramos a nuestro protagonista de la Historia. Se trata de una fotografía tomada en Polonia, cuando estaban formándose y preparándose para el frío que les esperaba. D. José es el de más abajo a la derecha, en cuclillas y con los guantes en la mano.
Esperamos que os gusten. Como en la anterior entrada de esta sección, se trata de documentos de los que tuvimos constancia gracias al trabajo que ya mencionamos «Mi familia en el siglo XX». De nuevo muchas gracias a la familia por dejarnos publicar las imágenes.
Inauguramos hoy una nueva sección que ha surgido casi por casualidad. Un alumno nos ha traído al colegio el documento que adjuntamos. Se trata del Carnet de Amigos de la Resistencia de su tío abuelo. Está firmado por Juan Blázquez «César», un español muy conocido en la Resistencia que llegó a recibir incluso la Legión de Honor francesa.
El alumno ha encontrado este documento preparando el trabajo que les encomendamos todos los años, que consiste en relacionar la historia de su familia en el siglo XX con los acontecimientos históricos que explicamos en clase. Un trabajo interesantísimo que casi todos los años nos depara sorpresas como ésta.
Interior del documento
Portada y contraportada del documento
Y por eso hemos decidido crear esta sección, con la intención de compartir pequeñas joyas como lo hacemos hoy. Desde aquí agradecemos al alumno, Sergio de Miguel, y a su familia, que nos hayan permitido escanear el documento y compartirlo.
El documento lo han utilizado además en clase de francés, donde lo tradujeron al completo para poder estudiarlo con más profundidad.